Los futbolistas entre 12 y 15 años - Son años de rebeldía de inconformismo de crítica de seguridad en sí mismos de abatimiento en los que esos niños ni van a estar de acuerdo consigo mismos ni van a dejarlo de estar.
- Son años de profundos cambios ante los que el entrenador permanecerá muy atento muy comprensivo y muy esperanzado.
- Son años también de consolidación de las edades precedentes al tiempo que de olvido de estas edades de aspiración a ser mayores al tiempo que de inestabilidad creciente de continuas idas y venidas, como quien dice entre el aplauso y el rechazo éxitos y fracasos que cosechan.
Crecimiento intelectual - A fin de que el entrenador perciba en cada momento el grado de atención que sus jugadores prestan a sus indicaciones que no se de por satisfecho con que unos y otros sin mediar palabra se limiten a agachar la cabeza. Conviene que les exija el asentimiento o la duda con la palabra.
- Los jugadores a estas edades andan buscando siempre el por qué de las cosas pero en profundidad sin preguntar por preguntar indagando el sentido de cada una de las órdenes que reciben
- Las ganas de encontrar soluciones convincentes desde el pensamiento razonado les impulsa a rechazar cuantas fórmulas superficiales se les propusieran. Se encuentran dispuestos a establecer relaciones complejas por ejemplo en la concepción del juego les gusta enfrentarse a las situaciones límite no rehúyen las dificultades se fajan si es preciso con equipos teóricamente muy superiores sin sentirse acomplejados…
Queremos insistir sobre tres aspectos de este crecimiento intelectual que de estar bien orientados van a crear muchas dificultades al entrenador en su tarea de dirigir al equipo. Nos referimos al egoísmo a la crítica implacable y a la obsesión por los resultados: - El egoísmo desmesurado con que algunos futbolistas en estas edades se afianzan delante de los demás sea su entrenador sean sus compañeros de equipo. Egoísmo que les lleva a rechazar cualquier razonamiento advertencia o llamada al orden disciplinar dele quipo basándose en el convencimiento de que lo saben todo o que lo pueden todo al margen de la seguridad para ellos inexistente que pudiera venir de parte de los demás,
- Se trata de una false autoestima –hemos subrayado que se trata de un egoísmo desmesurado- que les impide progresar en su aprendizaje necesario –son niños en edad de conocer y de practicar muchos conceptos nuevos- y les impide integrarse con los otros en ese esfuerzo común que obliga sin excepciones a todos los componentes del equipo.
- ...La crítica implacable es otro de los aspectos sobre los que llamamos la atención de los directores de equipo. Hemos admitido siempre la crítica como un elemento que revela el grado de madurez humana de todos niños y adultos pero el reducir la crítica a sus versiones implacables nos parece que desfigura su valor de análisis y que no aporta nada a la tarea de todos.
- Cuando estos niños insisten o son propensos a ello en la valoración negativa de la realidad que les circunda apenas prestan atención a su auto-crítica mientras que por el contrario se vuelcan contra los gestos o contra las palabraso contra las decisiones de los demás.
- …debería tener sumo cuidado cualquier director de equipo con esta actitud negativa de quienes insistentemente solo se fijarán en los fallos que los habrá y no apreciarán toda la realidad del equipo. La crítica en estas edades, es contagiosa es un signo de rebelión típico de los que desean hacerse mayores como sea y puede constituir una rémora en la buena marcha dele quipo difícil de anular si no se ataja a tiempo.
- La preocupación obsesiva por los resultados es el tercer aspecto que sometemos a la consideración del entrenador en estas edades. Los niños siguiendo otros modelos que se les proponen desde el mundo de los adultos aprecian más el éxito inmediato que el proceso de aprendizaje, que es lento por definición con altibajos y que se despreocupa de la fama del tiempo presente
- El niño quiere competir cuanto antes quiere evidenciar su talnto sin esperar a que su categoría futbolística se asiente sobre un fundamento más consistente quiere buscar aparecer ante los demás antes que procurara ser mejor y le comen las prisas por demostrarse que sabe ganar un partido. Deseos plausibles todos ellos siempre y cuando se compaginaran con las prioridades que establecen las pautas educativas.
De nuevo se le presentan al entrenador, en el desempeño de sus funciones directivas momentos apasionantes y al mismo tiempo difíciles para su comprensión su paciencia su método de trabajo su análisis y sus proyectos de futuro: - El lograr por ejemplo que estos futbolistas tan jóvenes aceptaran de buen grado confrontarse con la realidad la suya propia y la ajena, es un ejercicio de auto-crítica sereno y aceptador de todas las consecuencias que de él se derivarán, representaría uno de sus mejores éxitos.
- Lo mismo que si lograra el que aceptaran sus directrices aun la que les obligara a rectificar en el convencimiento de que es él como maestro y entrenador quien lleva la razón en esas cuestiones…
Crecimiento social: …El futbolista infantil y cadete se evade aún más en estas edades de la familia y encuentra en el equipo su asiento más natural y más querido. Necesita afirmar su independencia que por otra parte entrega al grupo. Le agrada reconocersecomo miembro de ese equipoporque no acaba de reconocersea sí mismo o no acaba de aceptarse como es… El entrenador aprovechará estas experiencias de sus futbolistas para orientar su dirección: - En el intento de robustecer la unión entre todos los miembros de ese equipo sea cual sea la causa de por qué se encuentran a gusto…
- En el intento de fijar los conceptos de autoridad puesto que la aparición en ese equipo de los jefeso lideres más o menos espontáneos le ayudará en su tarea directiva al insistir por ejemplo en la disciplina de equipo o en el rigor de unas mínimas normas tácticas…
- En el intento de potenciar el concepto de las ayudas mutuaso de los apoyos conceptos que van más allá de lo que significan las tácticas. Se trata de una actitud de un valor ético que sale al encuentro de las necesidades de los demás del grupo y que se relaciona o no con los sistemas de juego en el entrenamiento y en los partidos. Actitud que predispone al futbolista a dar lo mejor de sí mismo allí donde se le necesite incluso en el banquillo…
Crecimiento afectivo: Aquí en estas edades es donde los cambios en el desarrollo de la personalidad se hacen más patentes y cobran su radicalidad más profunda. - En primer lugar los niños se dan cuenta reflexivamente de que su cuerpo empieza a madurar sexualmente.
- En segundo lugar llega el momento en que los sentimientos reclaman su papel ahora preponderante en su vida.
- En tercer lugar y como consecuencia de las situaciones anteriores surge en estos niños el desconcierto ante nuevas vivencias que los mantiene perplejos.
El entrenador aun como director de equipo no dispone de todas las respuestas que satisfaganlas demandas vitales de sus jugadores,y debe buscar la colaboración que le presten otros técnicos o expertos…de todas formas el entrenador conocerá a través de ciertos síntomas que es lo que puede estar sucediendo en esa época de crecimiento afectivo: - Puede conocer estados de excitación o de agitación por lo común pasajeros que se apoderan del mundo interior de esos niños y que les impide tomar las decisiones adecuadas aun las que se relacionan directamente con los gestos del fútbol. Las oscilaciones por ejemplo que se advierten entre la alegría y la tristeza entre el buen humor y el mal humor puedendesconcertar a estos niños hasta límites insospechados.
- Aun sintiéndose vinculados a sus amigos dentro del grupo suinestabilidad les llevaría a enfrentarse con ellos sin saber a ciencia cierta porqué se comportan así.
- Se encerrarían en sí mismos en un intento por encontrar allí la raíz de su desconcierto, cuando en realidad esta huida hacia dentro los distanciará aun más de las posibles soluciones… se vuelven ariscos y pierden su interés por lo que para ellos sigue siendo su ilusión primera, la de jugar a fútbol.
El entrenador deberá realzar los aspectos positivosdel comportamientos de estos jugadorespara anular todo sentimiento de individualidad negativa dándoles ese margen de confianza ese estímulo ese grado de autocomplacencia que les permita volcarse en una realización más comprometida del fútbol… otras directrices con que pueden actuar los entrenadores será la de insistir en su integración más responsable en la dinámica del equipo… podría incluso asignar, a quien padeciera esa situación algún cometido especial alguna función relevante dentro del equipo con que estimularle para que ofreciera lo mejor de sí mismo. …El entrenador no deberá por lo tanto vivir de espaldas a estas situaciones como si no existiera porqué los niños por regla general no le contarán espontáneamente lo que les ocurre. Yél, sigue siendo la referencia para todos sus jugadores. Crecimiento ético: En estas edades se afianza el mundo de los valores… nos referimos a la generosidad al sentido de la justicia a su deseo de copiar a los modelos y a sus deseos de actividad… …el entrenador no necesitará apelar a otros motivos que no sean los de la dedicación estricta al buen juego para comprobar que la eficacia de sus órdenes es instantánea. - El sentido de la justicia que se revela en estas edades permite al entrenador valorar por ejemplo, el juego limpio el respeto hacia los árbitros el mutuo respeto no solo para fijar las normas de conducta de los jugadores entre sí sino las que rigen las relaciones entre él y sus jugadores…
El entrenador dispone de un magnifico recurso para que los niños den rienda suelta a su interés imitativo. No obstante advertimos que la reiterada copia del modelo copia al pie de la letra de sus gestos de sus actitudespodría anular las dotes creativas de los niños… - Por último y dentrode ese mundo de valores que recordamos como proveedor de respuestas éticas, citamos el deseo que los niños manifiestan es estas edades por la actividad, por el moverse sin cesar que ya advertimos en etapas anteriores y que ahora se consolida como una decisión más consentida y mejor estimada.
|